A las 13:00 horas el estallido de cohetones anunció su llegada. Una valla de más de 50 personas la aguardó en la entrada de San Salvador Atenco. Entre abrazos, flores, lágrimas y machetes, América del Valle Ramírez regresó a su tierra, tras cuatro “larguísimos” años de ausencia.
Acompañada por su padre y líder del movimiento de Atenco, Ignacio del Valle, los representantes legales Leonel Rivero Rodríguez y Augusto Sandino, los ex presos Adán Espinoza y Héctor Galindo, vecinos y simpatizantes del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), América alzó el machete y caminó hacia la plaza cívica del pueblo.
“Pongo mis manos a disposición del pueblo de Atenco y de México. No tengo otra cosa que dar más que mi disposición y convicción de seguir luchando y multiplicando dignidad”, apuntó América ante cerca de 500 personas que le brindaron la bienvenida.
Emocionada y con lágrimas en el rostro, apuntó que la victoria de Atenco “no fue ningún obsequio de nadie más que de la constancia, paciencia y sufrimiento del pueblo. No es ninguna concesión otorgada del gobierno estatal ni de la Suprema Corte de Justicia”.
Tras señalar que hay mucha tarea por delante, dijo que se reincorporará a la lucha para seguir sembrando unidad y dignidad, “pues sólo de esta manera el pueblo logra obtener justicia y la libertad”.
“No hubiera llegado este día de pie sino hubiera sido por ustedes… gente de todas partes que desde cada una de sus trincheras se la jugó en todo momento”.
Señaló que entre errores y aciertos, sólo hizo lo que le enseñaron: “Luchar por lo que nos pertenece, seguir el ejemplo de los pueblos de la orilla del agua… de mi pedacito de Atenco”.
(Milenio.com)
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