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jueves, 2 de diciembre de 2010

Busca Washington arrasar Wikileaks


Con el argumento de que las filtraciones de Wikileaks han puesto en riesgo vidas y la seguridad de personas por todo el mundo, el gobierno de Estados Unidos considera aplicar la Ley de Espionaje contra el líder del sitio cibernético. Por su parte, quienes filtraron los famosos Papeles del Pentágono afirman que éste es el argumento que siempre han empleado los gobiernos, ya que las filtraciones no ponen a riesgo a los pueblos, “el silencio” es más peligroso.

Julian Assange, el fundador de Wikileaks, es considerado ahora prófugo de la justicia y de la “responsabilidad”. La policía internacional (Interpol) lo ubicó en su lista de “más buscados”, después de emitir una orden de detención internacional.

(La Jornada)

En tanto, políticos estadunidenses sugieren aplicar diversas medidas, desde un proceso judicial antiterrorista hasta la “ejecución” de los responsables de la mayor filtración de documentos clasificados en la historia de este país.

Acometida cobernética

Wikileaks sigue divulgando documentos en forma paralela con cinco medios, a pesar de que informó sobre dos ciberataques masivos contra su sitio, que interrumpieron por momentos el acceso a esa dirección.

De hecho, durante un tiempo el sitio se trasladó a los servidores de Amazon.com, pero se reveló que esta empresa anuló su contrato con Wikileaks, aparentemente por presión de políticos estadunidenses, incluido el senador Joe Lieberman, presidente del Comité de Seguridad Interna, quien divulgó la decisión de Amazon.

Varias versiones periodísticas indican que autoridades estadunidenses no sólo emplean tácticas de “ciberguerra” contra Wikileaks, sino que evalúan presentar cargos criminales contra el sitio y su fundador.

Al parecer, Assange está en Londres, donde enfrenta renovadas acusaciones por violación y hostigamiento sexual en Suecia –base de la orden de detención de la Interpol– y algunos especialistas consideran que si es arrestado posiblemente enfrentará solicitudes de extradición a Estados Unidos.

Mientras tanto, el tono de la retórica de la cúpula política contra Wikileaks se intensifica. El influyente representante republicano Peter King propuso que Assange sea declarado “combatiente enemigo” y sea enjuiciado por un tribunal militar fuera de territorio estadunidense, donde no tendría derechos constitucionales. “Eso es lo que espero que podamos hacer”, dijo ayer ante el pleno de la cámara baja.

El senador John McCain denunció la filtración y reiteró lo que ya se convirtió en línea oficial bipartidista, de que pone en riesgo vidas en varias partes del planeta. Además, acusó a The New York Times por su decisión de publicar los documentos, ya que eso otorga “cierto grado de respetabilidad” a algo que “es dañino a Estados Unidos y a nuestros intereses de seguridad nacional”, dijo en entrevista con The Daily Beast.

El ex candidato presidencial republicano, ex gobernador de Arkansas, y posible candidato en 2012, Mike Huckabee, afirmó que “sea quien sea dentro de nuestro gobierno, el que filtró esa información es culpable de traición, y creo que algo menos que la ejecución es una pena demasiado bondadosa”, declaró mientras participaba en un acto para promover su nuevo libro para niños ¡No puedo esperar por la Navidad! También acusó de irresponsabilidad periodística a The New York Times por publicar el material.

En tanto, Daniel Ellsberg, el funcionario responsable de la filtración de los famosos Papeles del Pentágono –una evaluación oficial secreta de la guerra en Vietnam– en 1971, donde se revelaron las mentiras oficiales sobre la guerra en ese país, manifestó que la reacción oficial le es muy familiar.

“Ese es un guión que todo gobierno emplea cada vez que hay una filtración. Esa es la mejor justificación que pueden usar: de que hay vidas en riesgo”, indicó en entrevista con la radio BBC de Londres.

Agregó que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y otros funcionarios usan para condenar este caso el mismo lenguaje que el que se usó cuando Ellsberg y otros filtraron los documentos del Pentágono. “De hecho, las vidas sí están en riesgo, como resultado del silencio y mentiras que se revelan en estas filtraciones”.
El mensajero

Para muchos, algunas de las tácticas y reacciones de éste y otros gobiernos evocan recuerdos de otros tiempos. Sobre todo el esfuerzo para tratar de anular el mensaje al “matar al mensajero”.

Desde hace meses, el gobierno estadunidense y algunos medios aquí se han enfocado en la vida personal de Assange, como sus disputas con algunos colegas, que lo consideraban demasiado “antiestadunidense”, y su ideología “antiautoritaria”, entre otras. Recientemente fue objeto de acusaciones criminales por violación sexual, delito que él niega y sostiene que sí tuvo relaciones con dos mujeres, previa aceptación de ellas, y hace dos meses la justicia sueca retiró los cargos por falta de pruebas, sólo para resucitarlas justo este mes.

En Estados Unidos aún se recuerda cómo el gobierno de Richard Nixon ingresó en forma clandestina e ilegal a las oficinas del sicólogo de Ellsberg para retirar su archivo en un intento de calificarlo de “loco”, ante la divulgación de los Papeles del Pentágono.

Ex agentes de inteligencia han documentado las tácticas que se utilizan para avergonzar y descalificar a figuras públicas, desde filtración de detalles de sus vidas personales hasta la clásica y muy antigua de ponerlos en situaciones comprometedoras con mujeres y/o drogas.

Ahora, con la imagen de Assange de prófugo y cuestionamientos sobre sus “motivaciones” personales para filtrar la información y las posibles consecuencias sangrientas de su decisión, se empieza a dar vuelta al enfoque del contenido de los documentos: del mensaje, al mensajero.

Mientras, al parecer el “fugitivo” está bien ubicado. The Independent reporta que Scotland Yard sabe exactamente dónde reside y hasta tiene su número telefónico, porque Assange le dio los datos a la policía de Inglaterra al llegar a ese país en octubre. Su abogado, Mark Stephens, insistió ante los medios que su cliente no se está escondiendo y que había concedido varias entrevistas breves donde se encuentra.

Aunque el gobierno estadunidense investiga el caso para evaluar cómo proceder de manera penal, en Estados Unidos algunos expertos consideran que será muy difícil enjuiciar a Assange con las leyes actuales, incluso con la de espionaje de 1917.

Si se emplea esa ley, “sería territorio legal nuevo”, señaló Steven Aftergood, experto en asuntos clasificados de la Federación de Científicos Americanos, en entrevista con Salon. Argumentó que “una fiscalización de Wikileaks establecería un precedente horrendo que con el tiempo es casi seguro que se aplicaría a otros que publican información controversial” o sea, los medios.

En tanto, el equipo de Wikileaks y sus simpatizantes se preparan para enfrentar a las autoridades y empezaron a solicitar donaciones con el propósito de apoyar su trabajo; circulan una petición en defensa de Assange y han ampliado su equipo de abogados.

“¿Por qué es importante este drama?”, pregunta Tom Hayden, uno de los dirigentes nacionales del movimiento estudiantil contra la guerra en los años sesenta y hoy importante estratega y analista progresista en Estados Unidos. “No por filtraciones ‘que ponen en riesgo vidas’, como dice el establishment, sino porque las puertas cerradas del poder necesitan ser abiertas a la revisión pública”.

Señaló que cada vez más se vive en la “edad del secreto” en este país, con guerras, ejércitos y decisiones secretas. Cuando se le preguntó ¿cuál es el propósito de tanto secreto?, concluyó: “Como siempre enfatizó Howard Zinn, el temor oficial de que el pueblo estadunidense pudiera rebelarse si nos enterábamos de los secretos que se guardaban”.

Para ver los documentos en el sitio de Wikileaks: http://wikileaks.org/.

Para seguir los eventos en torno a este “drama” desde el punto de vista de Wikileaks y sus seguidores, vía Twitter: http://twitter.com/wikileaks.

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